Juan Luis Polo

(Madrid, España, 1964)

Juan Luis Polo (DER'88) empresario con una trayectoria profesional de más de 20 años en el entorno digital, es socio fundador y director general corporativo de Good Rebels. Además de ser coautor de los libros “#Socialholic” y “#Lidertarios”, se ha posicionado como un gran referente en materia de transformación digital de la empresa.

En alguna ocasión has dicho: “me gusta hacer lo contrario a lo que se espera de mí, sólo por molestar”. ¿Fue ese el motivo que te llevó a cambiar el rumbo de tu carrera profesional del ámbito jurídico al de la comunicación digital?

Lo que hay detrás de esa afirmación es que no me conformo con hacer lo que se espera de mí, no me es fácil encajar en los estereotipos al uso según lo que has estudiado o cuál es tu preparación. Inquieto hasta decir basta, siempre me encuentro abierto a nuevas experiencias y en continua búsqueda de mi camino vital y profesional.

Los principales temas que tratas en tus conferencias son: transformación digital empresarial, gestión de equipos, emprendedores, marketing digital, Social CRM y Social Media. A pesar de que predominan los conceptos digitales y tecnológicos, ¿por qué crees que es importante preservar el valor de las personas y la buena gestión de equipos?

Mis padres nos enseñaron a apostar por las personas, antes que por el egoísmo personal. Con ese punto de partida aprendido en el hogar con los ejemplos que de manera continua nos daban, la empatía hacia el otro se ha convertido en mi modus operandi y en el de mis hermanos.

Pero es que además en Good Rebels sabemos, gracias a la experiencia de todos estos años, que no hay una forma más eficaz de motivar al equipo, que estar permanentemente proporcionando motivos. Y tal vez el motivo más poderoso para que una persona acuda feliz a trabajar y entregue el máximo, es saberse reconocido y valorado. El salario emocional tiene una fuerza inusitada si buscas conformar un equipo de alto rendimiento.

Toda la tecnología que una empresa pueda pagar, da igual lo puntera que sea, es papel mojado si no se pone el foco en las personas, en sus inquietudes, en sus anhelos, para que sean ellas las más motivadas en hacer de la tecnología su mejor arma de competitividad. Pocas cosas funcionan “por decreto” hoy en día.

Además de esta motivación y satisfacción de los trabajadores de la que nos hablas, en algunos de tus artículos, destacas también la eliminación del concepto de “jefe” y la "jerarquía", ideas que parecen utópicas. ¿Realmente pueden llevar a las empresas a conseguir mejores resultados?

La utopía es el punto de partida para conseguir los objetivos. Sin su formulación, no hay guía para avanzar. Dicho lo cual, en Good Rebels hemos aprendido habilidades que convertimos en ventajas para nuestros clientes, a base de andar el camino en primera persona.

Hemos pintado los principios de nuestra cultura de empresa poniendo en práctica los consejos que ahora compartimos y el resultado ha sido magnífico: un crecimiento record en personas y facturación en los peores momentos de la crisis financiera (2009 a 2016), pasando de 10 personas al comienzo de esa crisis a 130 actualmente, de una oficina a Madrid a seis oficinas repartidas en cinco países y una facturación que alcanza los 7,5 mm de euros.

Los números hablan por sí solos de las ventajas de poner foco en motivar a las personas, de hacerlas protagonistas dentro de las empresas, arrinconar a los jefes y dejar espacio al talento. Una utopía muy real, yo diría.

Good Rebels trabaja con el objetivo principal de “crear organizaciones más centradas en el ser humano”, con un gran compromiso con sus clientes, sus trabajadores y los ciudadanos en general. ¿Qué herramientas y métodos de trabajo son necesarios para logarlo?

Una infinita constancia y voluntad de cambio por encima de todo lo demás. Por nuestra parte, necesaria para mantener el espíritu de innovación necesario para reformular procesos de manera constante y hacia nuestros clientes el hincapié en hacerles ver que las herramientas están al alcance de todos, más o menos caras y potentes y que, sin embargo, el invertir en tecnología por sí sola no hace que las cosas mejoren acorde a la inversión realizada.

Respecto de las metodologías necesarias para conseguir foco en las personas en los diferentes estadios de la empresa (cliente y trabajadores), la clave estriba en dibujar procedimientos que cuenten desde el inicio con las personas a las que queremos implicar.

Demostrar que las personas son el motor del cambio, de la innovación, es la clave para que los clientes abracen la línea de trabajo que nosotros aportamos. Y la demostración vendrá de la mano de datos que indiquen claramente las mejoras para las empresas que están enfocándose en los clientes, trabajadores y ciudadanos.

El propósito de tu equipo de trabajo es crear experiencias a través de la interacción de las personas, las marcas y la tecnología. ¿Cómo se consigue el equilibrio perfecto entre estas tres variables tan diferentes?

A pesar de que todos asumimos que el equilibrio es efímero, ello no es excusa para no perseguirlo de manera constante y sin desmayo. Hoy por hoy los tres componentes básicos en nuestro sector de actividad son la creatividad, los datos y la tecnología, y con ese punto de partida la fórmula para lograrlo pasa por mezclar bajo el mismo techo a personas con conocimientos y experiencia muy diferentes entre sí.

Desde un matemático a un especialista en tecnología, pasando por estadísticos y directores de arte de primer nivel, sin dejar de lado a expertos en CRM o experiencia de cliente, hoy en día todos son imprescindibles para que podamos entregar al cliente la solución que necesita para afrontar sus retos.

Y con perfiles tan diferentes la clave para una empresa como Good Rebels, empeñada en aportar la solución óptima a nuestros clientes, es gestionar la diversidad cultural y de habilidades que hemos logrado reunir.

¿Cuáles crees que son las principales razones por las que una persona querría formar parte de Good Rebels?

Hay dos por encima de las demás: formar parte de una de las empresas más innovadoras del panorama nacional e internacional, al tiempo que participar de una cultura de compañía diferente, obsesionada por las personas y el reconocimiento de su valía, lo que les convierte en mejores profesionales. La combinación hace que seamos para mucha gente, de muy diversa edad, una empresa aspiracional.

Como antiguo alumno de la Universidad Autónoma de Madrid ¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la universidad?

Muchos y muy variados. Desde el sentimiento de haber estudiado en una de las universidades de mayor prestigio ya en aquel momento, hasta el hecho de que aprendí muchas lecciones de vida de grandes profesores, más allá del conocimiento técnico.

Pero si me preguntáis cual es el recuerdo más imborrable, es sin duda haber conocido a mi pareja, María Jesús, la mujer con la que llevo conviviendo 30 largos años. Y muy “culpable” de haber logrado muchos de mis objetivos.