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Ángel Villamor - (MED'89) (DR.MED. '04), es Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en traumatología y cirugía ortopédica. Desarrolla su carrera en Madrid y compagina su labor docente con el ejercicio de la medicina deportiva. Ángel Villamor es director médico de iQtra Medicina Avanzada en Madrid. Con más de 25 años de experiencia en su especialidad, destaca por su actividad en cirugía de prótesis de cadera y rodilla, así como en cirugía artroscópica y otras técnicas mínimamente invasivas. Su espíritu de inquietud e innovación marcan la incorporación de las técnicas médicas y quirúrgicas más avanzadas a la cartera de servicios de su equipo, pionero actualmente, entre otras, en la innovadora cirugía con impresión 3D y la aplicación de terapias biológicas. |
- ¿Por qué elegiste la UAM para estudiar la carrera?
Yo empecé la carrera en la Autónoma en el año 82. En aquellos tiempos los alumnos íbamos a la universidad que tenía filiación con tu colegio, pero la orientación de mi padre, que me contó el enfoque, el nacimiento de la Autónoma, como una universidad joven y no solo joven, sino que tenía ese enfoque libre, que nacía sin un lastre clásico, sin el compromiso con sistemas antiguos predeterminados, o ni siquiera limitaciones por estar suscrito a ninguna creencia, fue lo que realmente me atrajo.
- ¿Qué recuerdos guardas de esta etapa?
Debería destacar el recuerdo del esfuerzo tan grande que supuso Medicina en la Universidad Autónoma para mí. Es una etapa que me puso a prueba de veras, en cuanto a capacidad de esfuerzo y, como digo, de sufrimiento y es algo que te hace flexible, empático con en el que no llega a las expectativas que a lo mejor busca en la vida o incluso a ser flexible con los resultados que tú puedas conseguir.
- ¿Qué crees que es lo que más te ha ayudado para tu desarrollo profesional posterior?
Que no siempre tienes que poder estar en la perfección. El saber encajar esto, el saber verlo con flexibilidad y con deportividad. Yo creo que ha sido lo que más me ayudó para el resto de mi vida de todo lo que aprendí allí en la Autónoma.
- ¿Cómo ha sido tu trayectoria hasta llegar al momento actual?
Yo estudié medicina porque me gustaba mucho el deporte y mi enfoque era poder tratar deportistas. Me preparé el MIR para poder empezar la especialidad en Barcelona con el profesor Vilarrubias, que fue el pionero en traumatología aplicada al deporte. En aquel momento era el único centro en España que existía con ese perfil. Durante esos cinco años en Barcelona estuve viajando mucho por todo el mundo para ver nuevas técnicas para desarrollar esa traumatología deportiva que estaba desarrollando Vilarrubias. Es una medicina en la que tienes que ser muy preciso. Necesitas recuperar perfectamente y lo más rápidamente posible al paciente, en este caso a deportista de élite.
En 2001 comenzamos con el proyecto de formar equipo y así nació la clínica. Todo el mundo me pregunta qué significa el nombre iQtra Medicina Avanzada, es Instituto Quirúrgico de Traumatología y Recuperación Avanzada y, efectivamente, añadimos al final la coletilla de “Medicina Avanzada” porque sin lugar a dudas veíamos que íbamos introduciendo especialidades que iban a cubrir todas las necesidades del tratamiento del aparato locomotor y que no tenían que ver con la Traumatología. De manera que tenemos reumatólogo, tenemos médico deportivo, tenemos fisioterapeutas, osteópatas, podólogos, psicólogo deportivo, nutricionista… además de los traumatólogos, que es mi especialidad.
- ¿Cuáles fueron los momentos más decisivos?
Lo que más me ha marcado han sido las experiencias duras; todo parece muy bonito cuando te va saliendo, pero te vas encontrando con baches que seguramente son los que te hacen tomar las decisiones más importantes. Cuando empecé a introducir en España la técnica de las células madre aplicadas a la traumatología, me encontré con un enfrentamiento de un grupo de antiguos “popes” de la traumatología que me tachaban de poco ortodoxo. Y la lección fue que seguramente a lo largo de la Historia muchos innovadores han sido apagado por clásicos que no permitían que se iniciase nada especial. Creo que, si algo te apasiona, no debes dejarte apagar por la necesidad de ser aceptado si realmente lo que estás haciendo es correcto.
- En el transcurso de tu carrera profesional, has recibido diversos premios, ¿de cuál te sientes más orgulloso?
Tenemos premios científicos, premios empresariales y también tenemos premios sociales, pero nuestra pequeña obra de arte es la labor artesanal en cada paciente, y el reconocer que ha ido bien, es el logro.
- De todos los tratamientos novedosos que has utilizado a lo largo de estos años, ¿cuál crees que ha sido el más disruptivo dentro de tu especialidad?
En el que más excitados estamos actualmente es en de la aplicación de los tratamientos de células madre, que hace tantos años iniciamos, y en la medicina molecular aplicada a la traumatología. Estamos estimulando la capacidad reparativa del paciente, hasta el punto que estamos ahorrando cirugías, estamos creando tejidos para reponer donde no sabíamos qué hacer más que poner una prótesis o una articulación artificial. Lo que hay dañado se puede reponer con tejido creado a partir de células del paciente.
- ¿Qué proyectos de futuro tienes?
El proyecto de mi vida es el equipo. Hay momentos en la vida en los que dices … pues es verdad, es que hemos dado con ello… El desarrollo del equipo no tiene fin, no el hecho de que crezcamos, sino en el de que vayamos mejorando.
Sin lugar a dudas, el equipo inquieto va generando nuevos proyectos: la docencia y la divulgación, apoyados en las nuevas tecnologías de la comunicación es lo que más nos tiene ocupados. Tenemos la sensación de que tenemos cosas que contar, y gracias a estos medios es fácil, no solo el contarlo, sino que muchos se puedan aprovechar de ello. No podemos guardarnos la sabiduría para nosotros hasta que el paciente acceda a nosotros, sino que la persona de a pie actualmente quiere saber y sabe de muchas cosas, de manera que la divulgación en ese aspecto es muy importante y es algo en lo que estamos muy volcados últimamente.
- ¿Cómo imaginas que será la medicina del futuro?
El desarrollo del neocórtex cerebral, la inteligencia artificial, los big data, el manejo y el procesamiento de tantos datos como se pueden procesar, que ni siquiera nuestro cerebro es capaz. Esto, efectivamente va a afectar de un modo evidentísimo a la medicina. Yo estoy convencido de que va a haber sistemas informáticos y programas que van a dar con un diagnóstico mejor que yo; va a ser un cambio en la medicina muy importante pero siempre hago hincapié, aunque parece una idea romántica, en que a pesar de todos estos avances tecnológicos que van a ayudar a la medicina de una manera espectacular, la formación humanística del médico es fundamental. La persona que viene enferma necesita, sin lugar a dudas, de contacto y de cercanía de otro ser humano.
- Sigues en contacto con la UAM, eres miembro del Programa AlumniUAM y formas parte de su Consejo Asesor, ¿por qué crees que es importante mantener el vínculo con la UAM?
Tendríamos todos que mantener ese contacto con la Universidad, sobre todo en la carrera de medicina, en la que hay una evolución constante y en la que estar en contacto con los investigadores en medicina o incluso con los docentes te ayuda a esa formación continuada, a no quedarte obsoleto. Sin lugar a dudas es un enriquecimiento, que es el que Alumni te sabe obsequiar, para seguir siendo útil en la sociedad y seguir siendo libre, que es lo que te da el conocimiento.