Creado

Junio 7, 2020

Ana Merino - (HIS'95), es licenciada en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid y Doctora en Historia por la Universidad de Pittsburgh. Desarrolla su carrera docente como Profesora en la Universidad de Iowa.

En 2020 ha sido galardonada con el Premio Nadal por su obra El Mapa de los afectos (Ed. Destino).

Aquí puedes ver el vídeo de la entrevista  

 

  • En los agradecimientos de El mapa de los afectos haces mención a tu familia, a tu infancia, a la biblioteca familiar a los veranos en León,  ¿qué recuerdos guardas de esta etapa? ¿Cómo crees que te ha marcado esta infancia rodeada de libros?

Fue una infancia muy feliz porque me gustaba mucho leer. Tuve esa suerte y en mi casa, la literatura "se respiraba". Mi padre, José María  Merino, es escritor y siempre había historias, siempre había conversaciones sobre libros, y claro, el gusto por la lectura viene desde la infancia. Eso es muy importante, y me ha hecho trabajar mucho por los educadores y por la reivindicación de la alfabetización infantil.

  • ¿Por qué es tan importante para ti reivindicar la literatura?

En el espacio lúdico hay  muchas posibilidades de entretenimiento, pero la literatura, además de entretener, te ayuda a desarrollar pensamiento. Eso es muy importante, por el esfuerzo lector que hace el cerebro y la capacidad de conectar y desarrollar emociones y desarrollar pensamiento. Te da un ritmo sosegado y es muy saludable. ¡Me gusta una y mil veces reivindicar la literatura!

  • ¿Cómo fue tu paso por la UAM?

Estudié Historia, tuve profesores en aquella época muy buenos y además buenos amigos que todavía conservo y seguimos estando en contacto. La Universidad Autónoma tenía programas muy buenos ya en mi época, o sea que es una universidad muy potente, muy avanzada. Tenía y tiene un profesorado excepcional. Además, está en un marco ideal, a mí me gusta salir de la ciudad un poco, hacer ese recorrido en tren hasta el campus. Entonces elegí un lugar dinámico e interesante que me aportó muchísimo.

Fui la segunda generación que fue de Erasmus; fui a Groningen University, en los Países Bajos. Para mí fue una experiencia formidable, me ayudó muchísimo. Fue muy importante adaptarme a otro país, aprender otro idioma, entender cómo operan otras universidades… Yo creo que en medio de una carrera poder salir un año y poder aprender esas dinámicas te ayuda muchísimo a poder potenciarte en el futuro.

  • Desarrollas tu tesis en la Universidad Pittsburgh acerca del comic, ¿por qué eliges este tema?

Para escribir una tesis doctoral uno tiene que elegir un tema que le apasione, yo escribía poesía. En el último año de mi carrera en la Universidad Autónoma gané el Premio Adonais de poesía. Estaba muy involucrada con la creación literaria y con la poesía y necesitaba distanciarme. Como investigadora quería establecer otros códigos para poder desarrollar mi carrera como escritora y a la vez abrir otro campo, y el cómic era perfecto. Primero porque me entretiene, me encanta, me divierto y luego porque era un espacio muy saludable de pensamiento, podía investigar y profundizar y por otro lado seguir con mi mundo poético. Era una situación perfecta.

El sistema americano estadounidense tiene esa peculiaridad de dejarte avanzar y conseguí becas muy interesantes, (Mellon, Provost). Mi proyecto dialogaba con ciertos investigadores, con ciertos científicos que consideraban que estaba abriendo un espacio de recuperación de conocimiento y me dieron mucha libertad. En Estados Unidos hay muchas ayudas y financiación para la investigación.

  • En paralelo a tu labor docente e investigadora has mantenido una faceta creativa, has escrito varios libros de poesía, teatro… ¿Por qué ahora novela?

Mi lenguaje es la literatura, a veces salen poemas y ahora ha salido una novela. Escribí mi poemario Preparatorios para un viaje con 23 años, que es cuando sale publicado y gana el premio, y es el la niña de 23 años, que aprende con las palabras, la que construye ese mundo. He terminado El mapa de los afectos con veinticuatro, veinticuatro años americanos (ahora este año en septiembre hago 25 años en América).

En cierta medida, el aprendizaje, el universo de la novela, es esa diáspora, esa experiencia de aprender de los demás y de escuchar. Es como si la novelista tuviera ese paralelismo con la otra que escribió la poesía.

El lenguaje que me ha llevado a esta novela es el narrativo porque hay personajes, un narrador omnisciente, conocimiento, transiciones, y porque todo eso se relaciona entre sí. Por tanto, la novela era el mejor espacio para contar esta historia.

  • ¿Cómo resumirías El mapa de los afectos?

Es una novela coral en la que el hilo conductor son las vivencias de una comunidad y de cómo se enfrentan en distintos momentos de la vida a lo largo de 15 años. La comunicación es muy importante y también la energía redentora de las emociones, desde un espacio de bondad. Y cuando hablo de bondad, me refiero a esa capacidad para entendernos, para avanzar, para existir como sociedad. Las sociedades existen y perviven gracias a la Bondad. Hay un guiño hacia la sociedad española y hacia la España de la diáspora, o sea que sí que hay un diálogo con la realidad, y sí que quiere apelar a la realidad para que nos impregnemos de un conocimiento sobre el alma humana de ahora. Hay muchos elementos que reconocemos. Está la guerra del Daesh, están las migraciones, está el drama de la impunidad frente a la irresponsabilidad social… Todos esos puntos contemporáneos están, y también un diálogo con nosotros, un diálogo esperanzado con el alma humana.

  • ¿Cuáles son los referentes en los que se inspira la novela?

Cuando pienso en esta novela recuerdo siempre a Edgar Lee Masters, Antología de Spoonriver. Este poeta maravilloso de repente, de las lápidas, empieza a contar una historia. Cuando hablo del cómic, revindico siempre a los hermanos Hernández, que son autores de cómic que empezaron en los años 80 hicieron la serie Love and Rockets. Cada hermano desarrolló su propia historia de la comunidad, Jaime en los aledaños de la ciudad de Los Ángeles, y Gilbert creó un imaginario que es Palomar. También pensando en cómic, me gusta mucho como Hugo Pratt desarrolla el concepto de “balada de vidas” a través del personaje de Corto Maltés.

También me gusta mucho cómo Turgueniev, en Padres e hijos, novela la literatura rusa que condensa historias de vida. En este caso, esta novela ha dialogado con estas formas grupales de expresividad…

Y luego, en la melodía de esta novela, está la música de Simon & Garfunkel, Nina Simone, Bruce Springsteen, Johny Cash y June Carter...

  • ¿Qué planes de futuro tienes?

Seguir escribiendo y seguir disfrutando. Porque disfruto muchísimo escribiendo.