Creado

Octubre 2, 2023

Eduardo Sicilia (ECO'82). Presidente del Consejo Social de la UAM

Licenciado en Ciencias Económicas por la UAM, el exconsejero de Ciencia, Universidades e Innovación de la Comunidad de Madrid (2019-2021) es un firme defensor de la universidad como elemento estratégico de recuperación y progreso.

Aquí puedes ver el vídeo de la entrevista  

  • ¿Qué estudiaste en la UAM?

Estudié Ciencias Económicas y Empresariales. Para mí era una elección relacionada con mi interés en conocer cómo funcionaba el mundo a través de su economía, lo que implicaba estudiar su historia, su estructura, sus modelos, teorías macro y micro, las instituciones, etc.

  • ¿Cómo recuerdas tu paso por la Universidad?

Aunque eso pasó hace muchos años, recuerdas siempre los compañeros con los que compartías tu aprendizaje; los profesores, algunos que me marcaron mucho, como Emilio Ontiveros, Enrique Tierno, al que luego tuve la oportunidad de tratar a lo largo de mi vida profesional en diferentes ámbitos y a quien siempre he admirado; y finalmente, algunos libros de cabecera, que pertenecerán a tu vida universitaria para siempre, - Estructura Económica, de Ramón Tamames, quizá sea uno de ellos. Conservo mi edición de 1979, año en el que lo estudié, y la edición de 2022 que recientemente me han regalado en el Consejo Social. Y luego recuerdas el tren, la cafetería, el campus, la biblioteca, lo que completaba tu día a día en la Universidad.

  • ¿Cuáles consideras que han sido los momentos más importantes de tu carrera profesional?

Todos los momentos de cambio, de vértigo. Creo que los momentos de mayor relevancia no fueron los de los nombramientos a nuevos cargos o responsabilidades, sino los de cambio. Cuando dejé posiciones ejecutivas de primer nivel, cuando dejé mi etapa política, cuando decides volver a empezar una y otra vez. Son los momentos en los que más he crecido profesionalmente. Dejas de ser para poder ser otra cosa.

  • Has ostentado cargos relevantes en el sector financiero como asesor, ejecutivo y consejero ¿Cuáles son los principales retos de ocupar cargos de ese nivel?

El primer reto que tienes que abordar es el de escuchar. Tienes que entender lo que se espera de ti antes de opinar y tomar decisiones. Estudiar el sector y la industria en la que vas a trabajar, hablar con todo el mundo, y a partir de ahí elegir un equipo corto en el que te vas a apoyar. Estar bien rodeado, especialmente en lo que tú no eres bueno, tienes que cubrir todas las áreas de una dirección general, donde tú te reservas la que crees que es en la que puedes aportar más valor, y delegar en personas muy potentes el resto. A partir de ahí, tu reto es influir y tomar decisiones, ese es tu día a día. Marcas la dirección y empujas, creas el ambiente para que los expertos desarrollen la estrategia, tú les retas, les apoyas y decides, cuando toca.

  • También has ejercido como coach y profesor, ¿qué es lo más enriquecedor de esta faceta?

Si hablamos de coaching ejecutivo, el contar con la confianza de personas brillantes es un regalo para ti. Tu trabajo consiste en desafiar a tu coachee, llevarle a su límite, a que piense siempre en alternativas. No es fácil en un mundo tan competitivo como el que vivimos saber si la dirección que llevamos es la correcta, la adecuada. Como coach tu acompañas en ese proceso, tu reto es entrenar al directivo para que se enfrente a si mismo, se escuche, se revise, se acepte, que supere su límite. Nos ponemos muchos límites mentales que podemos superar con trabajo y compañía adecuada. Y de la parte académica lo más enriquecedor es tu propio aprendizaje. Te sumerges en el aula y aprendes de la experiencia compartida. El conocimiento se construye sobre la idea del otro. 

  • Entre 2019 y 2021 fuiste consejero de Ciencia, Universidades e Innovación de la Comunidad de Madrid ¿Qué supuso este cargo en tu carrera profesional?

Nunca estuve cerca de la política, desconocía su día a día. Pero surgió la oportunidad en el 2019 y aunque me resistí mucho al principio, creo que ha sido una de las mejores experiencias profesionales que he tenido en mi vida, y eso que coincidió con la época de la pandemia, lo que supuso una capa de presión e incertidumbre adicional a ese periodo.

Me ayudó mucho mi larga trayectoria ejecutiva, porque al final lo que necesitas es una estrategia, un plan, hacer un buen equipo, desarrollarlo, marcar el propósito, los valores y comportamientos que tú quieres para ti y tu equipo en esa responsabilidad. Lo que luego cambia es el entorno, la fuerte exposición pública, la fiscalización de tus decisiones y políticas por parte de la Asamblea, etc.

Vivir como Consejo de Gobierno una pandemia, ha sido una de las experiencias más excepcionales que uno puede tener en su vida profesional. Trabajamos más que nunca, perdimos la noción de los horarios, los días, pero disfruté al máximo de una respuesta profesional increíble por parte de las universidades, centros de investigación, empresas. Trabajamos conjuntamente para resolver retos que teníamos cada semana, y nunca he vivido un trabajo en equipo tan intenso como el de ese 2019 y 2020 de la pandemia.

Comprobé de lo que es capaz el ser humano y las Instituciones cuando las circunstancias los llevan al límite. La comunidad universitaria, científica, emprendedora, la sociedad en general, respondió bajo un solo objetivo: trabajar juntos para resolver un problema de todos. Nos unió el propósito. Y por eso pude ver tantos proyectos con médicos, ingenieros, informáticos, biólogos, abogados, creativos, emprendedores, tecnólogos, psicólogos. En el hackatón que lanzamos #VencealVirus, vimos universidades públicas y privadas distintas, codo con codo con centros de investigación, el CSIC, y todo tipo de instituciones. No es fácil ver esto. Y fue una muestra palpable de cómo se puede trabajar en el futuro. El ecosistema funciona. La hibridación de disciplinas, saberes, perfiles, funciona. La generosidad funciona. El propósito genera compromiso.

En definitiva, me siento muy agradecido de esa etapa, - a Ciudadanos por haberse fijado en mi perfil como independiente para ser consejero, - y a la Presidenta de la Comunidad por apoyar todas las iniciativas que iba planteando al Consejo de Gobierno. Quizás me quede con una de ellas, Spain Neurotech, proyecto que nació en ese periodo, y que entre la Universidad Autónoma de Madrid y las Consejerías de Universidades y Sanidad supimos dar forma para hacerlo atractivo para la Comunidad de Madrid y posteriormente para la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial que se sumó al proyecto.

Cuando estás en política te das cuenta que si tienes objetivos claros de lo que quieres hacer, tu impacto es relevante, afecta a mucha gente, y no necesariamente hoy, más bien en el futuro, porque una parte importante de la vida política debe ser generar infraestructuras y conocimiento de todo tipo para el futuro del país.

  • Recientemente has sido nombrado presidente del Consejo Social de la UAM ¿Cómo afrontas este nuevo desafío profesional?

Como dije en mi toma de posesión, lo primero que me produce esta responsabilidad es ilusión. Ilusión por volver a esta casa, mi Universidad, donde yo estudié y a quien le debo mucho. Mi carrera profesional, de la que estoy orgulloso, empezó aquí, donde puse los cimientos de mi desarrollo profesional y personal posterior.

Y el gran desafío es que el Consejo Social sea un puente entre la universidad, la sociedad, sus empresas y su entorno. Un puente en ambas direcciones. Creo que el valor de la UAM es mucho mayor que el que se conoce fuera. El conocimiento, el talento, la capacidad investigadora, las iniciativas que nacen en esta universidad no se resumen en una Memoria Anual. Por eso creo que desde el Consejo Social tenemos que acercar mucho la Universidad a todos los espacios de la sociedad.

  • ¿Qué papel crees que debe jugar la universidad en la sociedad del futuro?

Históricamente, la universidad ha sido el centro del conocimiento, el espacio generador por excelencia. Hoy nos encontramos con que el conocimiento tiene un sistema de generación distribuido. La universidad sigue siendo protagonista, pero también lo son otros ámbitos; como la empresa, más obligada que nunca a aportar nuevo valor en su industria; el mundo de las start-up, donde, con modelos ligeros y rápidos, se incorporan al mercado nuevas soluciones que resuelven problemas de las personas; y desde luego, la propia sociedad, más inquieta que nunca, envuelta en una renovación intelectual que le permite adaptarse a los retos que el día a día pone por delante.

La universidad tiene una función crítica en la sociedad. Y no solo me refiero a esa distribución de conocimiento, sino que debe ser ese lugar sagrado donde enseñemos a pensar, a reflexionar, a generar criterio, a madurar intelectualmente. Y para eso la universidad debe estar de nuevo en el centro de nuestras vidas. El lugar al que acudir a lo largo de un periodo de crecimiento y de desarrollo personal y profesional, que hoy podemos decir que dura toda la vida.

  • ¿Qué cambios crees que son necesarios para adaptar el mundo universitario a los grandes retos actuales?

Hoy el mundo tiene otra velocidad, el cambio y la innovación es exponencial, y si el mundo gira a una velocidad supersónica, la universidad debe viajar a la misma velocidad, porque, de lo contrario, envejece.

La sociedad se enfrenta a un futuro extremadamente digitalizado, donde la tecnología ha cambiado las formas de fabricar, distribuir, consumir, priorizar, en definitiva, de comportarse en prácticamente todos los ámbitos. Empresas que buscan nuevo talento. Talento que busca nuevo conocimiento. Conocimiento que tiene que ser desarrollado. Por eso, es importante generar un sistema inteligente, abierto, integrador, que atraiga y genere oportunidades, que aumente el impacto global que se genera individualmente a través del sistema productivo y del modelo educativo e investigador.

Estamos en un momento donde se automatizan tareas, pero también la toma de decisiones, y en los últimos meses incluso hemos visto cómo automatizamos el pensamiento y la reflexión, efectos de la nueva IA Generativa. Y en este contexto creo que las humanidades vuelven a jugar un papel protagonista. No se trata de ser de ciencias o de letras, se trata de volver a la esencia de la universidad, un espacio para pensar, para hacer criterio, para comprender, no solo para resolver. En un mundo que se tecnifica y en un planeta que nos empeñamos en agotar, utilicemos a la universidad como guía, como referencia, como espacio para rediseñar la sociedad en la que queremos vivir.

  • ¿Por qué es importante mejorar la relación entre el mundo de la empresa y el mundo universitario?

La empresa necesita capacidades, necesita fundamentalmente talento preparado, formado, y hoy ese entrenamiento es continuo. Hay que saber interpretar los datos para tomar decisiones, pero has de saber movilizar y entusiasmar a tus equipos y a tus clientes. La universidad debe estar más cerca de lo que necesitan las empresas, y la empresa necesita estar más cerca del conocimiento que puede hacer mejor a su talento. Y en investigación sucede lo mismo, las empresas necesitan innovación e investigación que no tienen dentro, y las universidades necesitan casos reales sobre los que trabajar y desarrollar su conocimiento investigador.

  • Hoy en día es más importante que nunca la formación continua ¿Cómo debería ser la relación con la universidad y qué papel debería jugar en nuestras vidas?

Es cierto que hace unas decenas de años, uno se cultivaba en la universidad, aprendía un conocimiento específico, y después podía ganarse la vida felizmente utilizando sabiamente ese conocimiento y especialidad. Hoy ya no es posible. No nos formamos cuatro o cinco años para trabajar treinta años con ese conocimiento. Nos formaremos a lo largo de toda nuestra vida, para abordar proyectos profesionales y vitales que cambiarán de forma radical como nunca se había hecho. Y para eso debemos tener cerca a nuestra Universidad: que esté alrededor de lo que sucede en nuestro viaje por la vida. Y eso pasa por que ésta sea capaz de integrarse en un ecosistema donde alimente y se retroalimente de otros ámbitos del conocimiento y de la experiencia aplicada.

  • ¿Por qué crees que es importante mantener el vínculo con la UAM?

Os comparto mi propia visión: cuando aprendo algo nuevo compruebo que este aprendizaje se produce porque ha existido un impacto emocional en mí que hace que me interese por ese conocimiento. Uno aprende por lo emocional, no por lo intelectivo. Y esto me lleva a que cuando uno es alumni de la UAM, tiene ya ese vínculo emocional que se dispara, y cuando uno conoce a otro alumni, se es consciente de que habéis respirado la misma universidad, y se han forjado afectos intelectuales y emocionales que resurgen una y otra vez cuando vuelves a su campus, o te encuentras con otros compañeros, y eso es un tesoro que merece la pena cultivar. Por otro lado, y acabo con esta reflexión, leí en una ocasión que en la vida hay dos grandes generadores de bienestar, el primero es la capacidad de ser agradecido, y el segundo es la capacidad de cultivar relaciones cercanas, de mucha calidad, y a mi la UAM me permite hacer la primera y me posibilita desarrollar la segunda.