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Febrero 8, 2023

Juan Mayorga (MAT'88). Dramaturgo y director artístico del Teatro de La Abadía. 

Licenciado en Matemáticas por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Filosofía por la UNED, Juan dirige el Teatro de la Abadía tras pasar como docente por las aulas de diversas instituciones. En 2022 recibió el Premio Princesa de Asturias de las letras en una ceremonia en la que pronunció un discurso memorable.

Aquí puedes ver el vídeo de la entrevista  

  • ¿Qué estudiaste en la UAM?

Decidí estudiar Matemáticas cuando tenía 17 años, porque amaba las matemáticas, me fascinaban y me fascinan. Porque las matemáticas me parecen una de las más grandes creaciones de la imaginación humana. En aquella época, no existía lo que hoy se Distrito Único y el Ramiro de Maeztu, donde yo estudiaba, dependía de la Universidad Autónoma de Madrid. Pero debo decir que la experiencia de la Autónoma fue muy feliz y muy bella para mí.

  • ¿Cómo recuerdas tu paso por la universidad?

Hice muy buenos amigos, me eché novia, con ella me casé y ella es la madre de mis hijos. Aprendí muchas matemáticas porque tuve algunos profesores excelentes y creo que las matemáticas formaron mi modo de mirar el mundo e incluso también mi modo de hacer teatro.

  • ¿Cómo ha influido tu formación como matemático en tu teatro?

La Enciclopedia Británica caracteriza la Matemática como la ciencia de la estructura, el orden y la relación. Y creo que esas tres palabras sirven para caracterizar en buena medida mi trabajo como dramaturgo y también mi trabajo como director de escena. Debo estar muy atento al orden, a la estructura y a la relación entre los elementos que pongo en juego.

  • Háblanos de tu carrera

Cuando acabé la carrera, en aquel junio del 88, empecé a trabajar en una academia que estaba por la plaza de Barceló como profesor de Matemáticas. Habiendo sido profesor de secundaria durante cinco años apareció la posibilidad de presentarse, a través de un concurso, a la Escuela Superior de Arte Dramático para ejercer, en este caso, ya como docente de Dramaturgia y de Filosofía. Allí estuve ocho años. En la actualidad soy director artístico del Teatro de La Abadía.

  • ¿Cuál es el principal desafío cómo director artístico del Teatro de La Abadía?

Dirigir un teatro es uno de los oficios más bellos del mundo, y al menos lo es por dos razones. Una razón es que, al fin y al cabo, un teatro es un lugar para que la gente se reúna. Y por tanto, lo que ha de hacer un director es imaginar ocasiones para que la gente se reúna y les merezca la pena, que salgan enriquecidos en la experiencia. Ese es un desafío fascinante.

Por otro lado, como director de teatro puedo acompañar el trabajo de otros creadores, salir de mi egoísmo personal y artístico, que es grande, y poder de algún modo asistir al trabajo de otros, y eso es fascinante también. Eso es lo que intento hacer en el Teatro de la Abadía. Quiero hacer una oferta a la ciudad marcada por cuatro palabras que coinciden, por cierto, con las palabras con que yo quiero caracterizar el teatro al que aspiro: acción, emoción, poesía y pensamiento.

  • ¿Cómo valoras el momento actual del teatro?

Ahora mismo en nuestra ciudad se practican formas distintas de teatro muy valiosas. Hay diversidad de lenguajes, de asuntos a tratar y de modos de hacerlo. Por otro lado, debemos ser modestos, debemos ser humildes. Debemos recordar que en esta ciudad trabajaron, entre otros, Lope, Calderón, Valle y Lorca, y solo recordar a esos cuatro gigantes debería hacernos ser cautelosos a la hora de expresar satisfacción.

O sea, debemos estar siempre insatisfechos ante lo que hacemos, pero al mismo tiempo reconocer que están pasando cosas importantes en nuestros escenarios. Dicho esto, el teatro vive siempre en una situación materialmente precaria, pero es con eso con lo que tenemos que trabajar y vamos a seguir haciéndolo.

  • A lo largo de tu carrera has recibido multitud de premios ¿Cuál ha sido el más inesperado?

Bueno, no soy hipócrita si digo que el Premio AlumniUAM de la Universidad Autónoma de Madrid me produjo una alegría muy especial, porque fue un premio muy inesperado, absolutamente imprevisto y que me emocionó, porque mi candidatura, sin que yo lo supiese, la pusieron en marcha profesores del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias yfue la Facultad aprobó este premio. Y me emocionó, me emocionó sinceramente.

Pienso que los premios han de recibirse, no tanto por aquello que has hecho, sino por aquello que esperan que hagas. Creo que uno nunca merece un premio, pero siempre ha de recibirlo esforzándose por trabajar para merecerlo.

  • ¿Qué cosas crees que deberían mejorar en el ámbito educativo?

Considero que una sociedad nunca es mejor que su escuela. Nuestros institutos, nuestros colegios y nuestras universidades deberían formar sobre todo ciudadanos críticos. Como docente que soy -lo fui en el campo de las matemáticas y ahora en el mundo de la creación teatral- a lo que aspiro es a compartir mi experiencia y que esa experiencia no sofoque la voz de quienes están buscando su propia voz.

  • ¿Por qué crees que es importante mantener el vínculo con la UAM?

Programas como AlumniUAM permiten que se encuentren gentes que han pasado por las distintas facultades y que no se encontraron en su momento, bien porque no coincidieron en el tren, o en el autobús, o en el campus, o simplemente porque pertenecen a distintas generaciones.

Creo que la propia idea de que haya una comunidad de antiguos alumnos, que de algún modo lo siguen siendo, es una es una idea muy hermosa y que enriquece a quienes la comparten y que participan de ella.