Creado

Enero 31, 2022

Margarita del Val- (QUI'81; DR.QUI'86). Viróloga en el CBM- Severo Ochoa

Desarrolla su trabajo el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, donde ejerce como viróloga, labor que compagina con la divulgación científica en numerosas plataformas de comunicación.

Aquí puedes ver el vídeo de la entrevista  

  • ¿Cómo fue tu paso por la universidad?

Me gustó mucho la etapa universitaria y elegí Químicas porque era de las ciencias que más me gustaban, porque tenía mucha “razón” y, a la vez, un profundo conocimiento de cómo es la naturaleza. En primero de carrera descubrí lo que era la “química de la vid”, la Bioquímica, y me fascinó. Por eso hice la especialidad de Bioquímica, en un momento en que los profesores de nuestra universidad eran punteros en investigación en bioquímica y biología molecular en España, y fue un lujo hacer aquella especialidad aquí.

  • Háblanos de tu trayectoria profesional

Cuando acabé Bioquímica tuve la suerte de poder empezar a hacer investigación en la propia universidad, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Estuve aquí haciendo la tesis durante cinco años. Empecé en aquel momento investigando con virus y mi tesis era empezar con una vacuna. Desde entonces, he continuado trabajando en ese campo ya que, para conocer cómo combatir un virus hay que conocer cómo funciona nuestro sistema inmunitario. Estuve en Alemania, y posteriormente en el Instituto de Salud Carlos III, durante 19 años, y después volví al campus de la Universidad Autónoma de Madrid, al Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, donde continúo intentando entender cómo defendernos lo mejor posible de las infecciones.

  • ¿Cuál es tu labor en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa?

Volví a la UAM hace doce años y me dedico fundamentalmente a la investigación. Doy algunas clases de cursos de Máster, o conferencias como invitada en distintos sitios, pero mi labor fundamental es llevar un grupo investigación, con proyectos de investigación competitivos y formación de estudiantes de doctorado.

El acceso a los estudiantes de la Autónoma es fantástico, porque están muy bien formados desde los distintos grados. La labor del día a día es concentrarnos en entender cómo funciona y qué ocurre en las células infectadas, cómo nuestro sistema inmunitario las reconoce, las elimina y de esa manera combate las infecciones. Mi horizonte ha sido siempre entenderlo para desarrollar mejores vacunas.

  • ¿En qué consiste la plataforma Salud Global del CSIC?

La plataforma se fundó el 11 de marzo de 2020 -el mismo día que se declaró la pandemia- y en ella participan grupos investigación de todos los ámbitos, desde las matemáticas a la filosofía, de la economía a la nanotecnología… es una riqueza tremenda que aportan las universidades, el poder acceder a personas con una formación tan distinta y con unos conocimientos tan profundos. La interacción y las sinergias que surgen entre ellas ha permitido que el enfoque de las plataformas sea muy eficaz y muy enriquecedor para todo el mundo.

  • ¿Por qué es importante tener una visión multidisciplinar?

Una plataforma de investigación multidisciplinar tiene una riqueza especial en momentos de pandemia. Pero, cuando nos enfrentamos a cualquier reto nuevo, tiene la ventaja de que hay expertos en otros temas que te pueden orientar. Gracias a ello, se progresa más rápidamente y además se evitan los sesgos que se acaban incorporando cuando se lleva mucho tiempo en un campo en particular y que no se combaten, por no ser consciente de ellos.

  • ¿Por qué decides dar un paso adelante como divulgadora?

Cuando empezó la pandemia, yo llevaba haciendo divulgación ocho años en círculos minoritarios, pero muy diversos, y veía que la ciencia interesaba mucho a la gente. Veía que era una responsabilidad hacer divulgación sobre las vacunas, generar confianza en las vacunas y explicar todo lo posible sobre las vacunas y por eso, cuando surgió la pandemia y empecé a detectar que los científicos no estaban entendiendo lo que pasaba, empecé a explicar a compañeros científicos qué es lo que ocurría. Mis explicaciones, sin yo buscarlo, saltaron y se hicieron virales por WhatsApp y por Facebook, y me empezaron a llamar de los medios de comunicación. Seguí en ello, no porque yo lo buscase, sino porque ellos me buscaban a mí y un poco por responsabilidad.

  • Hoy en día hay pocas mujeres en la ciencia ¿por qué es importante que tengan referentes?

Mi segunda motivación para en seguir dando la cara fue el que hubiese un modelo de mujer científica también, que viesen que somos personas normales y que pudiesen las familias y los amigos entender a las chicas que les gusta la ciencia y apoyarlas.

  • ¿Por qué debemos acercar a más mujeres a la ciencia?

El futuro profesional de las personas está evolucionando mucho. Se van a crear muchos empleos nuevos y muchos de ellos van a tener que ver con una especialización en ciencias y tecnologías, que nos van a ayudar a enfrentar los retos de planeta, los retos de la sociedad, los retos tecnológicos o incluso los retos individuales y de salud.  Por eso es muy importante que las chicas no se queden fuera de las carreras científicas y tecnológicas, porque no nos podemos permitir como sociedad perderlas a ellas. Sería un retroceso para la sociedad y sería un retroceso para la igualdad.

  • ¿Cuáles han sido las claves del éxito de la campaña de vacunación en España?

Antes de la pandemia ya intentamos organizar un equipo de trabajo en toda Europa para ganar confianza en las vacunas en el resto del continente, porque Europa está en una situación peor que España, y eso está reflejado claramente en cómo han sido las campañas de vacunación en Europa durante la pandemia. En España teníamos una madurez - y una sensatez -muy importante en el campo de las vacunas, y por eso la vacunación ha sido más exitosa, a nivel de campaña, y a nivel de cada uno de los ciudadanos que nos hemos ido a vacunar.

  • ¿Cómo será la convivencia con el virus en los próximos años?

Cuando un agente infeccioso entra en la población humana en general, es para quedarse. Este virus, el SARS-CoV-2, se quedará con nosotros, pero es cierto que no es el virus más tremendo de la historia. Es un virus que no se contagia tanto como otros y es mucho menos letal que otros, como por ejemplo el virus del SIDA. Sin embargo, como nos ha infectado a todos, la situación ha sido grave durante la pandemia. Cuando este virus se quede ya de una manera más predecible, será endémico y podremos convivir con él. Dependiendo del grado de severidad que tenga en una población ya vacunada y con disponibilidad de antivirales para los grupos de más riesgo, será una enfermedad más importante que la gripe o menos importante que la gripe, o incluso tan benigna como la que causan los otros coronavirus que se llaman catarrales.

  • ¿Qué avances son necesarios en el campo de las vacunas?

Hace falta desarrollar vacunas más eficaces, más esterilizantes y que sean seguras. Eso viene del campo de la investigación. Hay mucho por hacer, hay muchas enfermedades infecciosas y esto tiene que ser, desde luego, un empuje importante. Del conocimiento aprendido con las vacunas, se deduce que se tienen que desarrollar, en primer lugar, vacunas que defiendan mejor de la gripe y de otros parásitos respiratorios de manera que no haga falta una vacunación anual frente a la gripe, por ejemplo, pero también tenemos muchos agentes respiratorios sin los cuales viviríamos mejor.

  • ¿Cuáles consideras que son los principales retos del futuro?

Las enfermedades infecciosas tienen más potencial de atacarnos de lo que creíamos. Yo creo que es muy importante encontrar soluciones que puedan prevenir enfermedades infecciosas de golpe y creo que hemos aprendido con este virus la transmisión de los agentes respiratorios por los aerosoles, por el aire y creo queremos aprender a partir de ciencia y la tecnología cómo hacer el aire más limpio para el futuro, de manera que, si hay una próxima pandemia que probablemente venga por vía respiratoria –aunque no es la única posible amenaza-  podamos estar mucho más protegidos.  Es importante que tengamos entornos con el aire más renovado, más puro y que por tanto no estemos expuestos a esos agentes infecciosos. Además, un aire de ese tipo probablemente también nos libre de contaminantes ambientales. Creo que uno de los futuros en salud va a ser pasar de un aire sucio y ya respirado a un aire limpio, igual que lo fue, en el siglo XIX, fue pasar de un agua contaminada por aguas residuales a un agua absolutamente potabilizada, lo que ahorró muchas vidas.

  • ¿Qué pueden aportar las universidades para superarlos?

La universidad es un entorno muy amplio, con muchas especialidades diversas. Creo que sería muy importante que los entornos de las universidades volviésemos a tener más relación entre unas especialidades y otras y entre unas facultades y otras, porque trae una riqueza que la especialización nos ha hecho perder. Necesitamos ser especialistas en un campo, pero se tendría que fomentar desde la propia universidad la interacción entre distintos campos, porque surgen ideas y soluciones a retos que existen que de otra manera nunca se nos ocurrirían.

  • ¿Por qué es importante mantener el vínculo con la UAM?

El vínculo que se adquiere con los compañeros cuando se estudia la carrera, es muy especial y mantener ese vínculo, que se puede mantener o recuperar toda la vida, te puede ayudar a enfrentarte a algún tema profesional, recurriendo a compañeros, o incluso a montar grandes proyectos juntos.