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Septiembre 20, 2018

El pasado 13 de septiembre visitamos la exposición Músicas en la Antigüedad en el CaixaForum Madrid, en la que pudimos descubrir cómo estaba presente la música en las sociedades de Egipto, Mesopotamia, Grecia y Roma. Las obras, procedentes del Musée du Louvre y otras instituciones como el Museo Arqueológico Nacional de Atenas y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, suman un total de casi cuatrocientas piezas de gran diversidad.

La exposición nace de un programa de investigación de las Escuelas Francesas en el extranjero (E.F.E) titulado “Paisajes sonoros y espacios urbanos en el Mediterráneo antiguo” dirigido por el Institut français d’archéologie orientale du Caire, la École française d’Athènes y la École française de Rome.

A pesar de que solamente se han recuperado algunas partituras o instrumentos fragmentados de la antigüedad, gracias a los textos e imágenes que representan escenas en las que la música estaba presente, hemos podido conocer un poco más del papel que jugaba este elemento en las sociedades antiguas.

Una de estas escenas está relacionada con la representación de la música y los Dioses, en cada una de estas sociedades encontramos un ejemplo siendo en Mesopotamia el Dios Ea, en Egipto la diosa Hathor y en la civilización grecorromana el Dios Apolo.

La música también se veía representada en escenas donde se quería ensalzar la figura de la autoridad o como parte del ceremonial del poder, por ello, había un gran número de músicos al servicio de los poderosos bien para marcar el ritmo de los cortejos, exaltar el poder del soberano o acompañar en las batallas.

Ya en la antigüedad existían los músicos amateurs y los profesionales. Los primeros seguían un aprendizaje y recibían una recompensación por parte de poderosos que les contrataban, a diferencia de los músicos más simples que únicamente amenizaban ritos y banquetes. En el caso de las mujeres, se sabe que también podían ejercer este oficio, pero tan solo pueden tocar en palacios de Oriente y en tempos de Egipto.

En definitiva, esta muestra nos descubrió que la música siempre estaba vinculada al poder que estaba al servicio de lo sagrado.

Queremos agradecer a nuestra guía, Laura, que nos acompañó y explicó con todo lujo de detalles las piezas que componen la exposición.