Rafael Yuste
(Madrid, España, 1963)
Rafael Yuste (MEDyCIR'87), neurobiólogo e impulsor del proyecto BRAIN (acrónimo inglés del Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies), es también Codirector del Instituto Kavli de investigaciones neurológicas y Catedrático de Ciencias Biológicas y Neurociencia en la Universidad de Columbia .
En 2012, la revista Nature te consideró como uno de los científicos más influyentes del mundo ¿cómo ha influenciado en tu vida y en tu carrera profesional este tipo de reconocimiento?
Lo veo como una anécdota, a nosotros nos juzgan más por lo que hacemos que por lo que dice la gente. Lo que importa es la sustancia de las cosas en el sentido del contenido más que la forma. Yo seguiré haciendo mi trabajo y espero que la gente me seguirá juzgando por el trabajo que hago.
En más de una ocasión has afirmado que la lectura de “Los tónicos de la voluntad: reglas y consejos sobre investigación científica” de Ramón y Cajal fue lo que hizo que, a tus 14 años, te decantases por la carrera científica. ¿Cómo ha influido en tu trayectoria profesional la figura del Nobel aragonés?
En la edad de la adolescencia es cuando decides en cierta medida quién eres y qué tienes que hacer en la vida. Ahí justo caí en la mano de Cajal, quien me influyó muchísimo. Desde aquel libro, a sus otros libros y artículos que escribió, incluso su propia biografía, Ramón y Cajal ha sido siempre una inspiración, y continúa siéndolo para mí y para muchos de mis compañeros. Creo que, si no hubiese sido español y no hubiera estado expuesto a la figura de Ramón y Cajal, posiblemente hubiera ido en otra dirección, o bien en otra dirección en la ciencia, trabajando en otro tipo de problema, o bien en otra dirección profesional.
¿Cómo es BRAIN por dentro? Cuéntanos el día a día de este proyecto que pretende juntar todas las piezas que conforman el puzle del cerebro.
En términos de organización, BRAIN es un proyecto en el que ahora mismo están trabajando 300 laboratorios en Estados Unidos y en otras partes del mundo. Este año cuenta con una financiación de 300 millones de dólares y se espera que haya un desembolso total de 6.000 millones de dólares a lo largo de los 12 años que durará.
El dinero invertido viene directamente del Congreso de los EEUU a través de los presupuestos federales. Así pues, BRAIN es un proyecto del Gobierno Federal de los Estados Unidos, con varias organizaciones que se coordinan entre ellas, de forma que se puede decir que cada una tiene su propio proyecto BRAIN. De todos ellos, el más grande es el de los Institutos Nacionales de la Salud del (NIH), aunque hay también uno muy importante de la Organización de investigación militar (DARPA), de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF) y de otros organismos federales de investigación.
En términos de ciencia se están desarrollando técnicas nuevas. BRAIN es un proyecto exclusivamente enfocado al desarrollo de nuevos métodos que permitan leer y registrar la actividad de las neuronas en el cerebro en su totalidad. Además, también se desarrollan técnicas para modular, cambiar o atenuar la actividad de neuronas, de forma que con métodos matemáticos, teóricos y computacionales se pueda descifrar lo que significan estos patrones de actividad.
BRAIN es un proyecto financiado por fondos públicos con el fin de que repercuta en la sociedad de manera positiva. Saber cómo pensamos, aprendemos y recordamos en aras de curar enfermedades ligadas al mundo del cerebro. ¿Por qué medios se están difundiendo los avances en el proyecto al conjunto de la ciudadanía?
La divulgación de los resultados científicos se produce a través los artículos científicos y la prensa. Además, hay divulgación en términos de métodos prácticos. Por ejemplo, hay un método nuevo para registrar la actividad del cerebro en pacientes que no es invasivo; este nuevo método está empezando a llegar, y va a llegar cada vez más, a través de compañías de neurotecnología que sirven de enlace entre los resultados de ciencias básicas, y aplicaciones prácticas para la población. Cada vez hay más compañías, algunas nuevas que se han creado, que se están creando en estos años, dedicadas exclusivamente a desarrollar este tipo de herramientas o a trasladar al mercado herramientas que se han desarrollado en los laboratorios.
En el mundo de la televisión podemos percibir que hay cada vez más series y películas de ciencia ficción sobre el futuro, en las cuales los humanos están conectados a la red a través de distintos aparatajes, estos dispositivos son lo que puede ser generado por el proyecto BRAIN. De manera que, esta nueva tecnología tiene cada vez más importancia, más peso en la cultura popular. También hay que tener en cuenta que hay un goteo constante de artículos, editoriales en los periódicos sobre el desarrollo de la neurotecnología, la cual definimos como el desarrollo de métodos para estudiar el cerebro, para bien registrar, escribir o descifrar actividad; esto unido a la inteligencia artificial. Por ejemplo, el método para descifrar las funciones del cerebro tiene que ver muchísimo con lo que están haciendo las compañías tecnológicas a la hora de crear una inteligencia artificial.
Una de las ramas en las que se centra vuestra investigación es la optogenética. ¿En qué consiste realmente y qué objetivo persigue?
El segundo objetivo de BRAIN es “escribir” artificialmente actividad en las neuronas, una de las maneras en la que buscamos lograrlo, es a través de la optogénetica. La optogénetica utiliza genes de proteínas que son sensibles a la luz; éstos son introducidos en las neuronas, así pues, las proteínas hacen que cuando enfocas luz en la neurona, esta se dispara. Es una manera de activar las neuronas con luz, a través de proteínas, hacer una ingeniería genética para que se expresen proteínas que son fotosensibles.
¿Qué papel juega la tecnología en esta investigación ahora y en el futuro?
La tecnología, es como la avanzadilla de la ciencia y la sociedad. Se descubren cosas cuando existen métodos nuevos y puedes ver algo que no ha visto nadie antes que tú. Entonces en este sentido la neurotecnología es la cuña del futuro de la neurociencia y de la clínica psiquiátrica y neurológica.
¿Cómo recuerdas tu paso por la UAM y tu período de estudiante de medicina?
Tengo recuerdos buenísimos. Allí tuve una formación muy buena y muy fuerte, que me ha servido el resto de mi carrera. También me ha servido de enlace de una manera personal, con una generación de compañeros que se han abierto camino de una forma espectacular. Desde entonces hasta hoy, la Facultad de Medicina de la UAM, pasa por ser la mejor de las mejores de España y esto se nota por el nivel excelente en el cual nos formamos. Yo tengo un trozo de corazón que pertenece a la UAM.
En este 2018 que la Autónoma cumple 50 años, ¿cómo ves que ha sido su evolución y qué papel crees que juegan las universidades en nuestra sociedad?
No soy un experto para poder contestar esta pregunta con más que una simple opinión personal, pero por lo que sé y por lo que he visto, he tenido siempre la impresión de que la UAM se ha posicionado entre las mejores o quizá la mejor universidad pública de España, lo que ha contribuido de manera muy importante en muchas ramas de la ciencia y el saber.
Siempre he visto las universidades como el sitio donde se genera la inteligencia, y esto es una cosa fundamental para la sociedad. La inteligencia permea a la sociedad y la hace más efectiva y mejor. Así como el cerebro controla el cuerpo y es su inteligencia, la universidad es como el cerebro de la sociedad. De esta manera una sociedad sana, con potencia y con importancia, tiene que estar dotada de un sistema universitario eficiente, bien financiado y excelente, estas cosas van unidas. Esto lo veo directamente aquí en EEUU, trabajando en una de a las mejores universidades de América donde se ve esta generación de inteligencia y conocimiento y cómo esto permea en la sociedad y en el mundo. Uno de los mejores ejemplos es el Presidente Obama, que estudió aquí en la Columbia y que ha tenido mucha relevancia en EEUU y en el resto del mundo.