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Caligrafía: libros, manuales, tutoriales, trucos, consejos...

Creado

02/08/2016 - 12:02

¿Hay algún libro, tutorial, truco, consejo... interesante que te gustaría comentar y compartir con los demás que trate sobre caligrafía? Utiliza este hilo para compartir la información con los demás.

Algunos consejos:

  • Pásate por el hilo de paleografía: allí encontrarás también información sobre tipos de letra antíguos que pueden servirte de ejemplo. guía e inspiración.
  • Es bueno dar información general, por ejemplo, indicar que en www.archive.org se pueden encontrar numerosos manuales de caligrafía, especialmente en inglés, que uno puede descargarse para estudiar y aprender. Principalmente las "manos" anglosajonas, tales como la caligrafía inglesa (Copperplate) y los estilos americanos (como el Spencerian), pero también muchos otros. La mejor forma de encontrarlos es buscando por los términos "calligraphy", "penmanship", "spencerian" o "copperplate".
  • También es interesante proporcionar descripciones o comentarios de libros o tutoriales interesantes, por ejemplo, en los 90 adquirí en Inglaterra "Mastering Copperplate Calligraphy", un libro excelente para aprender la mano inglesa, la que se ha convertido en la referencia actual de "caligrafía" moderna por excelencia. Este libro proporciona una guía detallada, paso a paso de las técnicas y trucos para aprender a usar la letra inglesa. Con el tiempo se ha convertido, o esa impresión me dá a mí, en una obra maestra de referencia obligada para cualquiera que desée aprender este estilo.
  • Tampoco está mal compartir trucos y técnicas: por ejemplo, cuáles son en tu opinión las plumillas (o plumas) más adecuadas para practicar la caligrafía, sea para el principiante o el practicante avanzado. Por ejemplo, he encontrado que las plumas estilográficas Noodler's son una buena manera de iniciarse en la caligrafía moderna cómodamente: la caligrafía moderna requiere usar plumines flexibles, y aunque los de las Noodler's son semiflexibles, al estar montados en una estilográfica permites una aproximación más cómoda a la caligrafía moderna. Si decides adquirir una, es mejor hacerlo en Amazon.COM (donde las puedes obtener a su precio real, unos 15 USD) y evitar de momento a Amazon.ES (donde te pueden costar fácilemente diez veces más, hasta 120 EUR).

Bueno, espero que este mensaje sirva de guía y ejemplo. En otros mensajes añadiré más información. Animáos y compartid la vuestra.

Comentarios

Writing & Illuminating, and

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo

Writing & Illuminating, and Lettering. Edward Johnston

Uno de los libros de caligrafía que más me han gustado es éste, disponible en www.archive.org en varias versiones digitalizadas. Es un texto que tiene ya su años (es de 1917) pero que sigue siendo perfectamente válido. Está plagado de consejos, trucos, instrucciones detalladas,... sobre todos los aspectos de la caligrafía, cargado de ilustraciones (en blanco y negro, claro, que ya está viejito) y de sabiduría. Es un libro de la época en que ya medraban los plumines de acero y éstos sustituían casi universalmente a las técnicas tradicionales, pero sin embargo, el libro recomienda y explica minuciosamente, cómo utilizar estas técnicas, cómo hacerse uno sus propios útiles y mantenerlos, como hacerse la tinta, en fín, que cubre todos los aspectos de la caligrafía tradicional. Considera todos los aspectos, desde la postura a la iluminacion, la mesa, cómo sujetar la pluma, etc... y muestra los aspectos prácticos de cómo desarrollar una letra formal, cómo abordar un proyecto de escribir un manuscrito, usar las tintas y colores, capitales, versales, composición y organización del texto e ilustraciones, y las técnicas para iluminar los textos (dorado, colores, etc...).

En resumen, un texto muy completo sobre caligrafía tradicional, fácil de leer, lleno de ilustraciones explicativas, consejos y trucos prácticos. Escrito en inglés y en 1917, eso sí, pero no por ello menos útil. Si  no tienes dinero o no te apetece comprar un libro moderno sobre caligrafía tradicional, éste es -en mi opinión- uno de los mejores textos que puedes leer, usar y consultar.

La única "pega" es que muestra como adquirir una "escritura formal" (con dos alfabetos de ejemplo), dando consejos e ilustrando el proceso de aprendizaje, pero no es un catálogo exhaustivo de tipos o alfabetos caligráficos y de instrucciones para cada uno de ellos. Sin embargo, una vez aprendido del proceso de aprendizaje con una "mano", no debería ser difícil aprender otras echando mano de ejemplos (ver por ejemplo las referencias paleográficas) o de cualquier otro de los numerosos libros, tutoriales y manuales disponibles.

Hablo aquí de caligrafía "tradicional" para referirme a la histórica, a la que se hace con un plumín de punta roma (unciales, gótica, cancilleresca, bastarda...) como contraposición a la caligrafía "moderna" que se hace con un plumín de punta fina flexible (copperplate, spencerian, zanerian,...). Si lo que te interesa es ésta última, entonces este libro, aunque interesante, quizá no sea el más recomendable, pero una búsqueda en www.archive.org te mostrará numerosísimos manuales más o menos afortunados. Pero si te interesa la caligrafía clásica, entonces este libro es la introducción ideal.

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Plumas para vagos:

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo
Plumas para vagos:

Si eres como la mayoría de nosotros, usar un plumin y un palillo te dará repelús, al menos al principio. Todo el mundo dice que lo mejor es usar los medios antíguos, y la verdad es que, con el tiempo, uno acaba descubriendo que es verdad. Pero así, de entrada, se le hace a uno muy cuesta arriba. Lo primero, eso de andar mojando el plumín cada pocas letras, que es una lata, luego que uno nunca sabe cómo debe "cargarlo" de tinta y cuánto, por no hablar de los "almacenes" de tinta (esas solapas de metal que se le añaden al plumín), y que un plumín normal, a menudo "rasca" y cuesta acostumbrarse. Total, que es una lata, al menos cuando estás empezando. Aunque al final, si te gusta la caligrafía lo más seguro es que acabes usándolos.

Seamos realistas, cuando uno empieza, lo que quiere es que las cosas le resulten fáciles. Y para eso nada como una pluma estilográfica con su cartuchito o su convertidor (el cargador de tinta).

Las plumas estilográficas para caligrafía:

Las plumas para caligrafía "tradicional", "clásica" o "antígua":

Se merecen por sí solas un capítulo aparte. Pero sin duda, la solución más manida y simple es comprarse un "set" de caligrafía de los que hay miles en la red, uno de esos con tres agarres y plumines de tres tamaños de escritura distintos. Los puedes conseguir por un precio muy asequible en cualquier parte. El problema es que estos conjuntos son para lo que los anglosajones llaman "caligrafía" y que nosotros podríamos llamar caligrafía "tradicional" o "antígua": se trata de plumas con un plumín que acaba en una punta roma, cortada normalmente perpendicular al eje, que producen un trazo grueso o fino dependiendo del ángulo, y que se usan normalmente para las letras antíguas, como las romanas, uncial, gótica, cursiva, cancilleresca o bastarda, letras que nos vienen de la antígüedad allende los siglos. Pero seamos realistas, esas letras, con ser fantasticas y llamativas, nos resultan a menudo, para el gusto moderno, un tanto barrocas, o simplonas, o... bueno, pasadas de moda.  Ojo, que a mí me encantan, y mi preferida es la cancellaresca corsiva, pero cada uno debe decidir qué es lo que más le gusta.

Las plumas para caligrafía moderna (derivada de la caligrafía inglesa o "Copperplate"):

Lo que a menudo, la mayoría solemos entender cuando nos hablan de caligrafía, suele ser más bien la "caligrafía moderna", desarrollada a partir del XIX y en el XX en Inglaterra y USA, a partir del estilo "Copperplate" original, en sus múltiples encarncaciones (Spencerian, Zanerian, negocios, etc...). Ésta es, para el gusto moderno, más fluída y elegante, con sus florituras y diferencias de grosor en las líneas. Lo característico de ésta es que las diferencias de grosor no proceden de un plumín de punta plana, sino de un plumín de punta ultrafina y muy flexible, por lo que los grosores se obtienen simplemente aprentando un poco más o menos al escribir (no por la orientación del plumín). Y el problema viene de que estos plumines tan flexibles tienden a dar de sí con el tiempo (se pierden las líneas finas). Cuando aparecieron las estilográficas, y todo el mundo escribía así, se incorporaron estos plumines, pero pronto (desde principios a mediados del siglo XX) se sustituyeron por plumines más funcionales, de acero, duros, que no cedían ni variaban, con puntas redondas y duración indefinida. En otras palabras, las plumas estilográficas fabricadas con plumines útiles para caligrafía "moderna" son de hace casi cien años y, como es de suponer, alcanzan precios respetables en el mercado de segunda mano (hay alguna excepción de mediados del XX, pero también a precios altos).

La alternativa moderna son las plumas para caligrafía con plumín flexible, que aunque pocas, se fabrican. El problema de éstas es que habitualmente el plumín no es en realidad flexible, no al menos tanto como los originales de finales del XIX y principios del XX. En realidad, son plumines "semi-flexibles" que requieren una presión mayor para ampliar el trazo y no dan tanto juego como aquellas joyas históricas. Hay numerosos ejemplos, sobre todo, marcas nuevas especializadas que fabrican plumas baratas con plumines aceptables, tales como Noodler's o Nemosine. Otras opciones, más caras, son las Pilot Falcon, Pilot Custom 912 o la Amas Extra Flexible. Las Noodler's se han convertido en estereotipos de culto porque son completamente desmontables, fáciles de mantener, se les puede cambiar el plumín y el fabricante es bastante pintoresco, a lo que hay que añadir un precio muy asequible (tampoco esperéis una calidad impresionante). Si os decidís por probar una de ellas (muy recomendable cuando uno empieza), os recomiendo que la adquiráis en Amazon.COM (donde las podéis encontrar a su precio de venta normal, unos 15 USD), y que evitéis Amazon.ES (donde os puede costar 10 veces más, hasta 120 EUR). Si lo tuyo es la caligrafía moderna, en mi opinión merece mucho la pena encargar una Noodler's en amazon.COM (cuando lo he hecho, a mí me ha tardado de una a dos semanas en llegar) para empezar. Más adelante puedes buscar otras más caras.

¿Y tú? ¿Usas pluma estilográfica para hacer caligrafía? ¿Cuál usas? ¿Cómo ha sido tu experiencia?

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¿Y si quiero más flexibilidad

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo

¿Y si quiero más flexibilidad? Bien porque el plumín sea más flexible, bien porque quiero probar otros plumines... bueno, siempre queda el palillo y el plumín. Con todas sus consecuencias (buenas y malas).

La estilográfica del aficionado (un poco) más avanzado

Cuando empiezas a sentirte a gusto, quieres probar cosas nuevas. Natural, ¿no? Pero todavía eso de lanzarse al plumín y el palillo cuesta un horror. Probablemente para ese momento tus allegados te han regalado ya varios juegos de caligrafía de esos que llevan plumín, palillo y un frasquito de tinta. Y si lo has probado y te resulta tedioso, corres el peligro de desanimarte. Es el momento de plantearte hacer una inversión mayor, tal vez una pluma estilográfica de principios del siglo XX. ¿O no?

En realidad el objetivo de este post es mostrar que no hace falta gastar mucho para disfrutar de la caligrafía como un enano. Vamos a ver cómo. Aunque puedo adelantar que se trata de dar el cambiazo, lo que algunos llaman hacerse una "frankenpluma". Es algo que a todos nos dá mucho miedo y mucha grima: quitarle el plumín a una pluma normal y ponerle otro más adecuado a nustras necesidades. Pero ¿y si me la cargo? ¿Y si no sé? ¿Eso puede hacerse? Pues la verdad es que sí, por cuatro euros (literalmente) y es muy fácil. Veamos cómo.

La estilográfica

Lo primero que buscamos es una estilográfica: hay muchas que tienen plumines intercambiables, podemos comprarnos una y un juego de plumines de la misma marca (Pilot, Parker, Lamy, en fín, muchas marcas) y listo. Lo único es que eso, o bien nos ata a plumas de gama alta o más caras, o bien a plumas que no nos gustan, o a modelos que no satisfacen nuestras ncesidades. En concreto, encontrar una buena pluma para caligrafía moderna es, como ya he dicho, harto difícil. El truco consiste en buscar plumas que acepten plumines estándar, de forma que podamos cambiarlo sin atarnos a una combinación de pluma/plumín concreto. Y ahí está el quid de la cuestión: que use plumines estándar y que no sea muy cara para que no nos dé miedo hacer experimentos.

Las plumas de Noodler's y las Nemosine son buenos ejemplos: podemos encontrar a buen precio plumines de Noodler o de Nemosine para ellas, pero es que además, ambas usan plumines estándar, del mismo tipo (número 6), así que lo mismo que podemos ponerles cualquiera de "sus" plumines, podemos sustituirle un plumín de cualquier marca siempre que sea un número 6.

Otro ejemplo, y el que gana por goleada en los rankings de recomendaciones, son las plumas Jinhao. Ésta es una marca china, según parece, la más popular o una de las más populares en Asia. De entre todos sus modelos, los modelos 450 y 750 usan plumines estándar del número 6 y el modelo 250, un plumín del número 5. Los precios rondan los astronómicos 2 a 8 EUR (también las hay más caras si te gusta el barroquismo oriental), son muy fáciles de desmontar, tienen un cuerpo metálico, vienen con convertidor/cargador, un diseño tipo "meisterstuck", y la gama de colores o estampados van desde lo chillón a lo discreto, con posibilidades para bastantes gustos. Esto las hace destacar de las Noodler's y Nemosine, que son de plástico y no son tan "aparentes". Para mi gusto, las 450, con el agarre en sección triangular son bastante cómodas, aunque las 750 con el agarre metalizado quizá sean más sólidas (cosa de gustos), ambas son gruesas, la 250 es algo más fina. Insisto, cosa de gustos, vaya. Pero por 2-8 EUR, uno puede permitirse el lujo de trastear con ellas sin miedo. Podéis encontrarlas en Amazon o en eBay fácilmente.

Sólo recordad que las Noodler's, Nemosine, y Jinhao 450 y 750 usan plumines del #6 y  algunas Nemosine y la Jinhao 250 del #5.

Ojo, también hay otras. Yo he mencionado algunas que conozco o que son las que más suenan. Haz tus deberes y busca por tu cuenta: es la mejor manera de encontrar lo que mejor se adapta a tí.

El plumín

Esta es la parte más complicada: elegir un buen plumín. Lo mejor -creo yo- es probarlo antes con un palillo y ver si nos vá bien, pero si el palillero y el plumín te dan grima, aquí tienes algunos consejos:

Para caligrafía "moderna" puedes usar, como hemos dicho, plumines para estilográfica "antíguos" o "vintage" (de principios del siglo XX o de finales del XIX) pagando el precio, o bien plumines para estilográfica "contemporáneos", que son normalmente semiflexibles (como los que venden en Goulet, Nemosine, Noodler's....). Hay que apretar un poco más, y las líneas no llegan a ser tan gruesas, pero son "para estilográfica", es decir, diseñados para una duración bastante prolongada, normalmente en acero con punta de iridio o incluso revestidos en oro.

Pero claro, con el tiempo querremos sacarle más jugo. Si es así, necesitas plumines más flexibles, plumines para palillo, o bien plumines antíguos de pluma de palillo, o bien plumines modernos para pluma de palillo que sean flexibles. En cualquier caso, esa flexibilidad hará que con el uso (al cabo de semanas o meses) cedan, den de sí y pierdan la finura. Los plumines normalmente recomendados son el Zebra G #6 y el Nikko G #6, que son plumines japoneses que se usan en realidad para dibujar cómics "manga". Pero lo cierto es que, usados para escribir, dan un resultado fenomenal. Otros plumines, como los Brauser Rose B76 pueden servirnos también, al igual que los plumines indios de FP Revolution (que tienen buena fama), o los semiflexibles de Noodler's solo hay que asegurarse de que se puedan sustituir en la pluma elegida. Los dos últimos (los FPR y Noodler's) han sido diseñados para su uso en estilográfica y son menos flexibles, mientras que los Zebra.G y Brauser Rose han sido diseñados para palillo (pero podemos usarlos en pluma) y son más flexibles.

Para caligrafía tradicional no hay tanto problema: lo que buscamos es un plumín duro de punta roma, así que no necesitamos esa flexibilidad. Podemos usar plumines para palillo, pero tambièn sin problemas plumines para estilográfica (que sean estándar, del #6 o del #5 según la pluma). Aquí solo hay que tener en cuenta que hay tres tipos de plumín y elegir el que más nos guste o convenga, a saber:

  • el plumín "de caligrafía" tiene la punta roma cortada en bisel, es el tradicional, dá líneas más finas pero puede rascar un poco el papel,
  • el plumín suave o "stub" tiene la punta cortada con bordes suaves, por lo que no rasca, se desliza más suave pero las líneas no llegan a ser tan finas normalmente, en ambos casos el corte de la punta es perpendicular al eje de la pluma,
  • y luego están los plumines de corte inclinado que hacen un poco más cómodo escribir en ángulo y los hay inclinados a la izquierda o la derecha según sea uno o no zurdo.

El método

En los modelos que he mencionado es muy simple: cogemos por los lados del plumín y tiramos hacia afuera hasta sacar el plumín y el alimentador. Sustituimos el plumín y lo volvemos a colocar. Listo. Bueno, eso es sobre el papel, pero podéis ver numerosos vídeos en internet y comprobar que realmente es así de fácil (buscad "Jinhao Zebra G", como en este ejemplo, o en este otro ejemplo en el que usan unos alicates -en mi experiencia rara vez es necesario-, o este otro donde nos dan algunos consejos adicionales).

En otros modelos, es posible que el alimentador vaya a rosca o esté sujeto de alguna otra forma. Lo mejor antes de lanzarse, si no usas un modelo de los mencionados, es buscar la información correspondiente a cómo desmontarlo antes de ponerse a tirar como una mula y cargársela.

Volviendo a los modelos mencionados:

Conviene tener algunas cosas en cuenta: en primer lugar es posible que el conjunto plumín+alimentador estén un poco "duros" y cueste sacarlos la primera vez, en ese caso puede uno ayudarse de un paño para aumentar la superficie de agarre, o incluso de unos alicates (yo lo he llegado a hacer), pero es importante asegurarse de tirar de ambos lados del plumín para evitar dañar las agallas del alimentador (esas ranuras que tiene en la parte de abajo u opuesta al plumín).

En segundo lugar, es bueno fijarse en cómo estaba puesto para ajustar el nuevo plumín de forma similar, aunque a menudo habrá que probar varias veces y ajustes hasta que el resultado permita un flujo adecuado de la tinta, pero eso es cosa de probar (en el caso de los plumines Zebra G lo que mejor parece funcionar es alinear la ranura lateral con la primera ranura de las agallas).

En tercer lugar, y debería de ser el primero, es MUY IMPORTANTE fijarse en el cuerpo de la pluma: en muchos casos no es completamente redondo, tiene una parte plana que coincide con la base del alimentador, de modo que solo hay una forma en que pueden encajar, por lo que hay que tener cuidado para no forzar el conjunto de alimentador y plumilla y acabar atascándolos.

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Cómo ajustar el plumin de una

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo

Cómo ajustar el plumin de una estilográfica

Puede ocurrir que al probar a escribir no funcione bien, pierda tinta o no llegue la suficiente. O que escriba mal. Hay varias cosas que podemos hacer:

  • primero de todo, si le hemos puesto un plumín nuevo, conviene desmontar el plumín y limpiar el plumin: normalmente el fabricante le dá una fina capa de grasa o barniz para protegerlo, esta lámina impide el correcto flujo de tinta, y la recomendación de toda la vida de cualquier usuario de plumillas y palillos es limpiarla. Para ello podéis hacerlo con la llama de un mechero (muy rápidamente para no dañar el temple y por supuesto aplicándolo solo al plumín, antes de montarlo, no cuando está montado) o lo que en mi opinión es mucho mejor, más fácil, seguro y menos peligroso, sumergiéndola unos segundos en agua hirviendo, o dejándola un poco en simple agua y jabón, o agua y amoniaco, o dándole suavemente con un cepillo de dientes y un poco de pasta (y aclarando después, claro).
  • para uso caligráfico, uno va a hacer líneas finas y gruesas; las líneas finas necesitan poca tinta y las gruesas demandan mucha tinta así que es muy importante que el flujo de tinta sea adecuado. Si las líneas finas se emborronan por exceso de tinta o si las gruesas "ferrocarrilean" (no rellenan la parte de en medio) por falta de tinta, puede ser culpa de la pluma o de la tinta: pregúntate qué tinta usas. Si la tinta es muy espesa el flujo será muy lento: prueba a escribir más despacio y si deja de dividir las líneas gruesas, tal vez sea por la tinta. Desde siempre (y quiero decir desde siempre, con constancia escrita de más de 500 años) se ha dicho que es muy importante que la tinta sea bien fluida para escribir bien y con nitidez. Si puedes, prueba con una tinta más fluída (si la tienes), si no, prueba a diluirla (como las tintas para estilográfica deben usar una base acuosa, por ejemplo, puedes cargar el cartucho o cargador parcialmente con una jeringuilla de insulina y completar con agua (lo más fácil y seguro),  y pruebas de nuevo a escribir para ver si mejora; si lo hace, es posible que la pluma esté bien y el problema sea la tinta, y ya tienes una solución. También puedes diluir la tinta con vino blanco (lo que recomendaban los calígrafos españoles del siglo de oro) o con té (lo que recomendaban los calígrafos anglosajones), pero yo aún no lo he probado y no sé si ésto puede afectar a una estilográfica con el alimentador hecho de materiales plásticos (el alcohol del vino podría afectarles), desde luego no nos preocupará con una pluma de ave o un plumín de acero montado en un palillo..
  • también puede ser que el plumín no esté bien ajustado: lo siguiente es probar a ver si podemos recolocar mejor el plumín para facilitar el flujo (aquí es muy útil consultar las numerosas páginas y vídeos que hay en Internet, como en este ejemplo)
  • Hay plumas que tienen el alimentador de ebonita (como las Nemosine, Noodler's, Jinhao...). Eso es muy bueno porque se pueden calentar y ajustar. El proceso es muy sencillo: se pone un poco de agua hirviendo en un vaso, se sumerge la pluma (como hasta 1 cm del cuerpo) en el agua 30 s y se saca, y se aprieta suavemente (más bien se sujeta) el plumín y el extremo del alimentador para que se ajusten durante otros 30s. Esto lo he probado con una Jinhao y un Zebra G que no fluía la tinta y me fué de maravilla. Si el problema es que la presión es alta se puede insertar una lámina fina en lugar de apretar entre plumín y alimentador. De nuevo, Internet es vuestra mejor amiga. Los chicos de "Goulet pens" tienen vídeos donde lo enseñan muy bien.

En esta página web podéis encontrar más consejos útiles sobre cómo corregir problemas con el plumín de una estilográfica. Mi consejo: para empezar solo hacerlo en casos desesperados, y con mucho cuidado, el metal del plumín puede fatigarse y acabar dañándose y ser peor el remedio que la enfermedad. Por eso es mejor empezar con productos baratos o cuando no vé otra salida, no dolerá tanto su uno mete la pata. Cuando uno/a tenga experiencia, ya podrá volverse más aventurero/a si lo desea.

 

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Mantenimiento de una pluma

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo

Mantenimiento de una pluma estilogŕafica

A disfrutar mientras dure. Lo que dure. Esto es muy importante: cuando uno empieza a tirar de estilográfica tiende a pensar en ella como en un bolígrafo "de lujo". Pero NO lo es. Es un artilugio completamente distinto y requiere un mantenimiento distinto: normalmente, con un bolígrafo, cuando acabamos de escribir, le ponemos la capucha y lo dejamos -quizá años- y cuando queremos volver a usarlo humedecemos un poco la punta con la lengua (los más viejos) o lo sacudimos un poco. Con una pluma podemos sacudirla para que vuelva a salir la tinta, o mojar el plumín (mejor no con la lengua, sino sumergiéndolo en agua) y volverá a fluir la tinta. Normalmente eso nos induce a pensar que no hay diferencias, pero sí que las hay.

En la pluma, cuando no se usa, la tinta que queda se va secando poco a poco. Al principio, ese poco "tapona" el alimentador o la ranura del plumín y por eso mojarlo ayuda. Pero si pasa más tiempo, se reseca y cuesta mucho más hacer que vuelva a funcionar. En ese caso, puede ayudar sumergir el plumín (o las partes en contacto con la tinta) en un recipiente con agua, agua y un poco de detergente neutro o agua y una(s) gota(s) de amoniaco. La tinta para estilográficas es hidrosoluble, por eso los plumines y cuerpos son de materiales inoxidables, así que si hemos usado tinta para estilográficas, con eso (y mucha paciencia) podemos disolver los costrones resecos (puede ser necesario dejar la pluma en remojo durante horas o incluso días, y hasta necesitar un mantenimiento especializado con ultrasonidos) y poniéndo luego las partes al chorro de agua, arrastrarlos.

¡Qué guay! ¿no? Pues no. No es nada guay, no mola nada. Y no mola por dos motivos: si usamos tinta que no sea para estilográficas en una estilográfica podemos cargárnosla, así que cuidadín, y segundo y más importante, incluso aunque usemos una tinta al agua para estilográficas, además del agua tiene que haber algo más que le dé el color. Los pigmentos y excipientes que se usan para facilitar el flujo pueden ser corrosivos (y a menudo lo son), así que si dejamos la pluma (o el plumín) sin usar un tiempo y en contacto con la tinta, ésta, poco a poco, va corroyendo lo que toca. Con buenas plumas y tintas he de confesar que en algún caso he olvidado una pluma cargada durante muchos años y luego de ponerla en remojo ha vuelto a funcionar sin más. Pero es mejor no jugársela. De hecho, con algunas tintas (en especial las que tienen suspensiones coloidales como las J. Herbin 1670, doradas, Diamine shimmering ink, Noodler's revolution blue, etc...) te aconsejan claramente que limpies bien la pluma después del uso.

Así que, ¡a disfrutar! pero cuando acabes de usar la pluma, en especial si va a pasar mucho tiempo (o no sabes cuánto) antes de volver a usarla, lo mejor es limpiarla. Con una estilográfica hay que usar tintas especiales al agua, así que basta con ponerla en remojo. Yo normalmente uso un tarrito de paté de esos de Casa Tarradellas que son de cristal y tienen tapa a rosca y es del tamaño justo, sin el paté, claro, en el que dejo en agua toda la noche el conjunto agarre+alimentador+plumín, normalmente sin desmontarlos. Lo del frasco es porque así lo lleno de agua, le pongo la tapa y sé que aunque se vuelque no dejo todo manchado de agua y tinta. No puede ser más fácil. Luego saco los elementos, los pongo al chorro de agua hasta que sale limpia y los dejo secar antes de guardarlos.

Esto es igualmente importante si usas plumines y portaplumas, aunque en este caso, una de las ventajas es que con plumín y portaplumas puedes usar cualquier tinta que quieras, no necesariamente de estilográfica, lo que quiere decir que la limpieza, al acabar de usarlo, debe de ser inmediata y la que corresponda al tipo de tinta usado. O incluso si lo deseas, puedes pasar de limpiar el plumín, dejar que se oblitere con costrones de tinta, se corroa o se lo coman los hongos, tirarlo y simplemente usar otro, total es muy fácil (aunque no  necesariamente barato) sustituirlo.

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Writing & Illuminating, and

Imagen de Juan F. Trillo

Writing & Illuminating, and Lettering. Edward Johnston:

 ¡Excelente! No lo conocía, y ha sido todo un descubrimiento. Personalmente me parece de gran utilidad, pues mi interés se dirige a la escritura cotidiana. Además, es la pluma de punta roma con la que estoy familiarizado, así que, ¡perfecto! Gracias y un saludo.

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Arte sobtilissima por la qual

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo
Arte sobtilissima por la qual se enseña a escreuir perfectamente, de Juan de Yciar

 

Este libro está disponible como fac-símil digitalizado de la edición original en los archivos digitales de la Biblioteca Nacional

Hacia el siglo XVI la escritura, que originalmente se había preservado en los monasterios, se había popularizado en toda Europa y, a medida que se extendían las "plumas a sueldo", los escribanos o amanuenses que cobraban por copiar textos, éstos fueron primando la rapidez y extensión sobre la calidad para aumentar sus ingresos. Mientras que la letra gótica que se había extendido al final de la Edad Media economizaba espacio primando la uniformidad, la escritura "de albalaes" y "procesal", basada en la cantidad de documentos producidad y la cantidad de espacio consumida, se había ensanchado y vuelto progresivamente más ilegible.

Por estos motivos se emprende de forma general en el s. XVI una reforma de la escritura para recuperar la calidad, la belleza y la legibilidad que estaba perdiendo, generalmente, adaptándola a los gustos nacionales.

El primer "maestro" reconocido de caligrafía fué Juan de Iziar, quien escribió este libro en 1547, basándose en los trabajos de Henrticis, Tagliente y Palatino. En este libro, Yciar muestra varios tipos de letras "cancellerescas", la redonda, las letras más formales de provisión real (mixta de la itálica y de la cortesana), de breves, privilegios, bulas, procesal y, lo más interesante, la letra "castellana formada", la letra "aragonesa" (redonda y tirada o cursiva) con lo que dá forma a la que será la raíz de la letra "española" "bastarda" (es decir, resultante de la mezcla de otros estilos), y la letra francesa.

El libro incluye básicamente láminas con ejemplos de abecedarios, trazos base y textos en cada uno de los estilos de escritura, lo que indica que se apoyaba en el método de "emulación" de aprendizaje de la caligrafía, es decir, el aprendizaje a base de imitar un ejemplo hasta que te salga bien. Es un libro interesante si uno quiere aprender sobre las letras "itálicas" (cancellerescas) y sobre todo si uno está interesado en aprender cómo era el estilo de la caligrafía "española" en sus orígenes. Al basarse en los modelos de aprendizajes "emulativos", no dedica mucha atención a la técnica, aunque sí que ilustra (sin comentar) paso a paso los trazos de cada letra, por lo que, en mi opinión, es un libro que será más útil después de haber leído algún otro texto de introducción a la caligrafía más moderno que explique los principios básicos de los diversos trazos.

El libro se complementa con algunas recetas para hacer tintas (con los medios de la época), y una segunda parte donde trata aspectos de aritmética, que resulta curiosa por ser una explicación de los números arábigos para personas acostumbradas a trabajar con números romanos (con capítulos como "que trata qué cosa es sumar y su definición" o "en que da un ejemplo de sumar con guarismos" o "declara como sean de sumar ducados, sueldos y dineros en Aragon" (donde compara las cuentas en números arábigos y romanos).

En fín, una curiosidad que muestra ejemplos de los tipos de letra que se usaban en el siglo XVI y que es especialmente interesante por mostrar las primeras trazas de lo que será la "escritura castellana".  Los modelos o láminas que incluye proporcionan buenos modelos a imitar para reproducir estos tipos de letra y para entender el origen y la evolución de lla caligrafía española "moderna".

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Libro svbtilissimo intitulado

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo
Libro svbtilissimo intitulado honra de escrivanos. Pedro Madariaga

 

Pedro Madariaga, dicípulo de Izíar, publicó en 1565 esta obra (disponible en la Biblioteca Nacional) así como su "Arte de escribir, ortografía de la pluma y honra de los profesores de este magiosterio", (también disponible en la Biblioteca Nacional) en 1577 y que es prácticamente una nueva versión del primero..

Ambos libros están escritos como una serie de diálogos entre maestro y discípulos: la idea, interesante en sí misma es que el estudiante se identifique con el discípulo, que va planteando a su maestro las mismas dudas que se supone que tendrá el estudiante que se inicia en la disciplina. El libro comienza con una apología de la escritura y de su importancia, y contínua dando explicaciones prácticas y reglas sobre la práctica de la caligrafía, En este punto, Madariaga, complementa ampliamente la falta de detalles prácticos de su maestro Icíar: nos habla de cómo sujetar y orientar la pluma, de los trazos diferentes que se obtienen, etc...  para después pasar a describir paso a paso la composición de cada una de las letras.

Las explicaciones se enmarcan dentro del concepto de aprendizaje clásico de la época, con descripciones largas para poner en un contexto "científico", "filosófico" o "geométrico" las técnicas básicas y así enaltecerlas. El que esté interesado en los aspectos puramente utilitarios encontrará estas disquisiciones probablemente aburridas, pero no dejan de ser interesantes como reflejo de una época. También es interesante porque en su afán por enaltecer la escritura la pone en relación con la figura geométrica del triángulo, por lo que su caligrafía resulta más angulosa que la de Icíar, algo menos agradable y más nerviosa para mi gusto, pero proporciona, a cambio unas reglas básicas para empezar a escribir y entender los trazos que es muy útil, en especial como regla mnemotécnica y que con la práctica puede cada uno luego ir suavizando.

El libro acaba con una sección de ortografía, sobre cómo leer y escribir correctamente... con el castellano de la época. Esta parte, sobre todo la de la lectura de las letras es interesante para ayudar a entender cómo se pronunciaba el castellano en el siglo de oro. Y como curiosidad para entender cómo hablamos como hablamos y porqué y de dónde nos viene.

En resumen, para mi gusto, el tipo de letra de Madariaga es una evolución de la "letra española" de Icíar en la que ésta se hace más angulosa, pero el libro es interesante por sus explicaciones técnicas sobre los distintos trazos de la pluma y sobre cómo ejecutar y "entender" o "recordar" con reglas geométricas sencillas cada letra, proporcionando así al texto de Iciar un complemento técnico fundamental.

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Arte de escreuir, Franciso de

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo
Arte de escreuir, Franciso de Lucas

 

Si el trabajo de Icíar nos proporciona las primeras referencias a la que será la letra española, junto a otros estilos itálicos, a través de ejemplos a imitar, y el trabajo de Madariaga nos aporta los consejos técnicos más básicos para ejecutar una mano "española" algo más angulosa, con el trabajo de Francisco de Lucas llegamos a una de las cumbres de la caligrafía española.

La obra de Lucas puede encontrarse digitalizada en la Biblioteca Nacional a partir de dos ejemplares (éste es el otro). Existen también ediciones facsímiles que uno puede encontrar impresas o en formato electrónico si quiere comprarlas.

Con Francisco de Lucas, la "letra española" alcanza la madurez y se convierte en un epítome y ejemplo de elegancia reconocido y admirado por numerosos eruditos a nivel mundial. La obra de Lucas modifica los trazos de la letra "bastarda" de Icíar para hacerlos más redondeados y darle ya el carácter básico que mantendrá la escritura española hasta nuestros días (lo que no implica que no haya cambiado, que lo ha hecho, pero con Lucas adquiere ya su "carácter" propio e identificativo).

Francisco de Lucas enseña la letra bastarda proporcionando información sobre cómo usar la pluma, cómo componer las letras, la inclinación, la composición, los trazos básicos, el trazado de cada letra una a una, e incluso uno de los aspectos más distintivos: las ligaduras de las letras, y hasta cómo debe de ser el corte de la pluma (cuando se escribía con pluma de ave) en fín todos los detalles necesarios para escribir la letra bastarda.

Sigue con una descripción del alter ego de la letra bastarda itálica, es decir, la letra redondilla (la vertical y redonda). Esa letra que tantos de nosotros aprendimos a escribir (en su versión modernizada) como nuestra primera letra en los cuadernos de Rubio (insisto, en la versión modernizada, adaptada a la línea uniforme y funcional del bolígrafo moderno) antes de pasar a la cursiva cuando de niños aprendimos a escribir. Es bueno saber de dónde viene y cómo ya en el siglo de oro, existían ambas (redondilla y cursiva) y cómo eran aquellos antecesores de nuestra escritura moderna, y aprender una versión más elegante y "caligráfica".

La versión de la redondilla de Lucas conserva aún varios trazos que pronto pasaron a ser "arcáicos" (como en la "h", por ejemplo), pero sigue siendo elegante y legible. Es, como la bastarda de Lucas, una letra para hacer con pluma "itálica" (de corte liso en la punta) con lo que adquiere diferencias en el grosor del trazo que le dan una elegancia que el funcionalismo y las prisas del s. XX arrancaron de nuestra letra.

A la redondilla, siguen las letras de Griffo y Antígua. Francesco Griffo fué un punzonista italiano, que diseñó con Aldo Manucio tipos de imprenta que han pasado a la historia; Griffo fué el primero en representar la letra cursiva cancelleresca italiana para imprenta (por lo que se la llama también desde entonces "letra de Grifo" o "grifa"). Y del mismo modo que la "grifa" es una letra cursiva que imita el estilo de los tipos de imprenta de Griffo, la Antígua viene a ser como su contrapartida "redonda" o "recta".

En cada sección, Lucas dá también ejemplos de adornos y florituras para cada tipo de letra. Hoy, las florituras que él usaba pueden parecernos menos atractivas, pero siguen propocionando un buen ejemplo para iniciarse en las florituras, ligaduras y adornos de la letra, aunque probablemente nos gustarán más otros ejemplos más posteriores.

Se cierra el libro con consejos generales, entre los cuales el aficionado a la caligrafía encontrara de sumo interés el capítulo dedicado a "donde se avisa el orden que se podra tener para escribir liberal en poco tiempo" que traducido al cristiano quiere decir "qué hay que hacer para aprender a escribir bien y deprisa en poco tiempo", que es lo que la mayoría de los aficionados buscamos al principio. Ya adelanto (atención, "spoiler") que dice que las recetas mágicas no existen, aunque ha probado muchas cosas y encuentra que para aprender hay que hacer ejercicios cada día, pero que se puede avanzar más deprisa si la mitad de los ejercicios se hacen escribiendo las letras llanas, sin adornos, al doble de su tamaño (para apreciar mejor los defectos) y esa mitad se escribe más deprisa que de costumbre (pero solo la mitad del ejercicio, sin abusar). Y añado de mi coleto, que consejos similares he visto en muchos libros, foros y blogs de caligrafia modernos, así que sus consejos siguen siendo los mejores 500 años después. Lo que dice mucho de la calidad de los mismos. Bueno, en realidad, él describe el método para aprender más deprisa con un poco más de detalle y mucho mejor que éso, indicando cuántos ejercicios y de qué tipo conviene hacer y cómo progresar, realmente merece la pena leer el libro o al menos ese capítulo y aplicarlo cada día cuando uno empieza a practicar.

En resumen, éste es un clásico que no debe de faltar en la biblioteca de ningún aficionado a la caligrafía, en especial de los interesados en aprender la mano española. Algunos términos pueden resultar un poco extraños, pero... para qué está este club si no?

 

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Plumines caseros para

Imagen de José Ramón Valverde Carrillo
Plumines caseros para caligrafía itálica (y también, cómo dar nueva vida a tus plumines)

 

No puedo resistirme a compartir este enlace a un vídeo sobre cómo fabricarse uno mismo sus propios plumines para caligrafía itálica. Esto nos permitirá hacer, ajustar, personalizar y afinar las medidas de los plumines que usamos en caligrafía itálica a un precio ínfimo. Para quien prefiera leer en vez de ver un vídeo, este enlace puede ser útil también.

Cuando uno lleva un tiempo, acaba leyendo que hay por ahí magos que se hacen y afilan o ajustan sus propios plumines. En este vídeo se puede ver que es muy fácil hacerlos, muy barato y que requiere solo unos materiales básicos que son muy fáciles de encontrar. Esto nos permitirá reafinar plumines desgastados, darles una inclinación si lo deseamos, o adquirir plumines de acero baratos y convertirlos en plumines itálicos equivalentes a otros mucho más caros. Y lo mejor: nos permite hacernos plumines de unas medidas que no sean fáciles de encontrar (muy finos o muy anchos) y afinarlos o suavizarlos tanto como deseémos. Y por supuesto, lo mismo que vale para hacer un plumín itálico, nos vale para "suavizarlo" y convertirlo en un "stub".

Como el truco del "cambiazo de la estilográfica" (sustituir el plumín), yo recomendaría usarlo primero con productos de bajo coste o que ya no nos sirvan para empezar, así, si uno mete la pata, duele menos. Por otro lado eso nos permite convertir esos productos de bajo coste en herramientas mucho más útiles.

https://www.youtube.com/watch?v=rG6_4GK8QCE

Vaya por delante: hace poco compré unos plumines Knox y Nemosine para itálica y no los cambiaría por nada, van como la seda, pero este truco me lo guardo para ir adaptando otros plumines según necesidades y según se desgasten algunos otros plumines de los que tengo.

Solo un comentario al vídeo: hay mucha gente que recomienda (y a mí me parece razonable) que el pulido se haga deslizando el plumín como si estuviéramos escribiendo, para que se lime más en el sentido natural de nuestra escritura y se adapte mejor a ella. Otra cosa que se suele recomendar es limar con una "piedra de Arkansas" o algún papel de grado ultra fino finalmente, incluso con un afilador de cerámica. O incluso simplemente escribiendo sobre una bolsa de la compra de papel rugoso (de ése de estraza). En el enlace de texto hablan de limpiar la ranura con una hoja de cuchilla fina, esto también es desaconsejado por algunos ya que se podría rayar la hendidura del plumín, por lo que probablemente es mejor usar una hoja fina de un material más suave.

Lo que me recuerda, aquí comparto otro enlace a un vídeo sobre cómo suavizar un plumín con cerámica cuando uno no tiene afilador de cerámica o papel de lija apropiado. Igual que en el caso anterior, hay que saber que si uno lo hace, se carga toda garantía y puede estropear el plumín, por lo que yo no lo haría nunca con una MontBlanc, pero para plumines baratos, pues es un truco que puede funcionar y venirnos fenomenal, aunque en principio, a mí me parece que puede ser muy agresivo.

https://www.bestfountainpen.com/coffee-cup-nib-smoothing/

Algo más fino, en especial para plumines finos o extra finos, puede ser usar cristal. El cristal puede ser un abrasivo muy fino: hay quien recomienda frotar la punta del plumín sobre una superficie plana de vidrio (por ejemplo, un vaso, la pantalla protectora de cristal forjado del móvil (yo no lo haría), el cristal de protección de un retrato, una ventana, cualquier vidrio liso y suave, o similar). Ojo, si el plumín es muy duro y de alta calidad puede que raye el cristal en lugar de al revés. Caso de optar por el cristal, un vaso tiene la ventaja de que es fácil usar agua como lubricante durante el pulido.

El otro truco que se recomienda a menudo para pulir un plumín es usar una moneda de un centavo de USD de cobre las de mediados de los 1980, las que llevan el monumento a Lincoln (la columnata) y frotar el plumín con la pluma cargada de tinta (para que haga de lubricante) entre las columnas. 

Finalmente, la otra forma de pulirlo finamente es usando papel de envolver, de ése un poco basto, de ése de estraza. Basta con hacer ochos como cuando uno está haciendo ejercicios de caligrafía.

En resumen, a falta de un buen papel de lija ultra fino (lija de grano 2000 (o más fino), lija micro-mesh o de Mylar (que entiendo que es lo mismo que BOPET un tipo de PET), podría valer pulir primero con el fondo de una taza (agresivo), seguido de un vidrio y papel de estraza, aunque -según se dice- lo mejor y más fino es una buena "lija" ultrafina o el Mylar (que no tiene por qué ser cara y dura mucho).

Como dije al principio, es una forma de dar nueva vida a los plumines o plumas baratos, o que estábamos pensando en deshechar.

La única duda que tengo, y no sé si alguien me la sabrá aclarar es cuál es la denominación correcta de los productos de pulido en español, lo que es importante para no meter la pata. Cuando tenga tiempo pienso intentarlo y hacer unas pruebas, pero eso puede tardar mucho, así que si alguien lo sabe, puede añadir un comentario.

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